El tipo de obsesión que sufre Oriol Balaguer es de grado máximo, ya que se proyecta en múltiples manifestaciones. Lo suyo es obsesión por la calidad, por el trabajo bien hecho, por la perfección, por seguir aprendiendo, por seguir mejorando, por la belleza, por la armonía y el equilibrio, por la estética, por el packaging de todas sus colecciones…
“Ya sea en sus piezas de pastelería o en sus chocolates, siempre hay un componente de diseño y de arte en la obra de Oriol Balaguer”
Patrick Roger, MOF, prologuista del libro.
Balaguer no es un especialista, salvo que alguien pueda serlo en muchas cosas a la vez. Es sin duda uno de los mejores chocolateros del panorama actual, con colecciones de bombones y trabajos artísticos únicos. Sus postres de restaurante marcaron una época, con obras tan sublimes como sus “8 texturas del chocolate”, mejor postre en la Coupe du Monde de la Pâtisserie de 1997. Pero es que si hablamos de masas horneadas o fermentadas, resulta que su croissant de mantequilla ha sido premiado como el mejor de España en 2014. Por tanto, Balaguer no destaca en una faceta concreta sino en casi todas. Y en ello tiene que ver el citado nivel de exigencia “casi obsesivo” con el que afronta cada receta, cada elaboración, cada nueva creación y cada proyecto.
El libro consta de tartas, postres, petit fours, bollería y panadería, bombones, chocolate artístico…Más de 80 creaciones de incomparable belleza de la mano de uno de los grandes creadores de la actual gastronomía dulce a nivel internacional.